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dc.contributor.advisorChaves, Carlos Felipe
dc.creatorOspina Arango, Natalia
dc.creatorPrado Delgado, Juan Camilo
dc.date.accessioned2023-11-01T21:20:44Z
dc.date.available2023-11-01T21:20:44Z
dc.date.created2022
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/20.500.12237/2513
dc.descriptionEn diciembre del año 2019 el mundo entero fue informado por los diversos medios de comunicación de un virus que habría afectado a una población de china. Nadie imaginaba que lo que empezó como una simple nube pasajera al otro lado del mundo, se iba a convertir en un verdadero problema para la población mundial. Se escuchaba hablar del covid-19, un virus que atacaba el sistema respiratorio y era letal, de acuerdo con los datos obtenidos por la OMS. Con el pasar del tiempo los diversos continentes fueron experimentando en carne propia la letalidad del virus. De oriente llegaban noticias de una ciudad que tuvo que someterse a medidas estrictas para poder contener y combatir el enemigo invisible que hasta ese momento campeaba por las calles de china. La vida comenzó a verse amenazada, expuesta a la extinción, sin embargo, como suele suceder la demanda de información que llegaba a las demás poblaciones en el resto del mundo, fue generando importancia sobre este fenómeno. Las alarmas comenzaron a activarse cuando el próximo continente en verse afectado fuertemente, fue Europa; España e Italia padecieron los embates de esta enfermedad. Alarmantes cifras de contagiados y de muertos comenzaron a llamar la atención del mundo entero. Es así como en latino América cada país se vio en la necesidad de prevenir la tragedia que ya en otros países el virus había ocasionado. Para muchos esto que estaba sucediendo hacia parte de una simple estrategia económica, política y militar. Eran muchas las interpretaciones que se hacían al respecto y que en ultimas terminaban restándole credibilidad al enemigo que lentamente se aproximaba. En Colombia el primer caso de una persona contagiada por el covid-19 se produjo el 6 de marzo y a partir de entonces fue donde esa tragedia vida que se veía y a la vez solo se escuchaba por los medios de comunicación ya comenzaba a ser nuestra propia realidad. La presidencia ante la grave situación emite una serie de decretos los cuales 12 toman medidas preventivas de salud pública al imponer el Aislamiento Preventivo Obligatorio (APO), cancelando la mayoría de las formas de convivencia social, incluyendo la asistencia a clases en todos los centros de formación, salvo ciertas excepciones de acuerdo con decreto 420 del 18 de marzo del año 2020 que declaran estado de Emergencia sanitaria. Afectando la cotidianidad universitaria, pues sin previo aviso se encontraron en un dilema académico – financiero, pues por una parte tienen un compromiso académico formativo con su estudiantado y por otra, una variedad de contratos laborales con sus docentes. En vista de este aislamiento obligatorio las universidades le ofrecen a su estudiantado, otras maneras de formación, a distancia. Es importante conocer el impacto ocasionado por el Covid19 en los hábitos de estudio y la motivación en aprender de forma no presencial en los estudiantes de las universidades de Cali ya que este problema ambiental directamente afecto toda la vida humana, en todos sus aspectos y con ello se logra identificar diversas consecuencias hoy en día que se pueden vincular en la contabilidad ambiental. Habituados a las clases presenciales, la nueva normalidad nos obligó de manera brusca a emplear de manera hegemónica la virtualidad. En un abrir y cerrar de ojos la vida nos cambió completamente y de frente a este cambio la educación no fue la excepción. Ciertamente las clases virtuales existían, se conocían o por lo menos se escuchaban como otra posible manera de estudiar, pero esto no era aquello con lo que nos sintiéramos absolutamente cómodos e identificados, por lo tanto, seguíamos perteneciendo a la generación que se educaba con el modelo de clases presenciales. Aunque había afinidad para interactuar con las aplicaciones virtuales no sospechábamos cual sería el impacto de trasladar esta dimensión a la esfera de la educación. El siglo XXI presencio los avances de una era digital que revoluciono el campo de las comunicaciones no obstante su radio de acción alcanzaba de manera preferencial algunas aplicaciones que se empleaban para reemplazar la comunicación interpersonal. Poco a poco esta generación fue aprendiendo a 13 preferir la interacción virtual por encima de la interacción enteramente personal, no así en el campo de la educación. La comunicación social si bien estaba mediada por la tecnología no se reducía solamente a esta esfera, se pensaba que era simplemente una herramienta de trabajo, quizá una de las más necesarias y eficaces, aunque se le otorgo un puesto muy importante en todos los ámbitos de la vida, esta no lograba reemplazar las bondades y atributos que la relación interpersonal brinda. No podemos desdeñar ni olvidar que en medio de las clases presenciales las tecnologías facilitaron la información al servicio de la pedagogía. El correo electrónico, la información proporcionada en las bibliotecas virtuales, las plataformas universitarias etc., ofrecieron un amplio panorama para fortalecer aquellos campos donde no lograba llegar la educación presencial. La limitación del tiempo, la precariedad de las mismas herramientas didácticas, el espacio, el alto costo de los libros, fueron algunos elementos que se potenciaron para hacer posible una mejor educación. Con todo esto no se puede negar las riquezas y fortalezas que la tecnología ofreció a la educación. En medio de un escenario que ha tenido que hacer uso absoluto de la virtualidad, surge la cuestión acerca del mejoramiento o empobrecimiento pedagógico. ¿eran mejores y más efectivas las clases presenciales? más, aún ¿la virtualidad provoca y despierta el deseo de aprendizaje? ¿Se puede decir que los hábitos de estudio se han visto favorecidos? Se podrían hacer infinidad de análisis al respecto, sin embargo, para obtener una respuesta a estas preguntas sería pertinente otear las bondades y precariedades del modelo convencional y compararlo con el modelo que en la actualidad se ha impuesto para responder a esta nueva realidad, como los hábitos educativos, la motivación de aprender de los estudiantes, y el aumento en la deserción educacional por parte de los educandos, fue afectada en gran medida, con el objetivo de poder tener una base para una futura investigación de la afectación económica y financiera ocasionada por la pandemia Covid-19.spa
dc.description.abstractIn December 2019, the entire world was informed by various media outlets of a virus that would have affected a population in China. Nobody imagined that what began as a simple passing cloud on the other side of the world would become a real problem for the world's population. People heard about covid-19, a virus that attacked the respiratory system and was lethal, according to data obtained by the WHO. As time went by, the various continents experienced firsthand the lethality of the virus. From the east came news of a city that had to undergo strict measures in order to contain and combat the invisible enemy that until then roamed the streets of China. Life began to be threatened, exposed to extinction, however, as usually happens, the demand for information that reached other populations in the rest of the world, generated importance about this phenomenon. The alarms began to go off when the next continent to be strongly affected was Europe; Spain and Italy suffered the onslaught of this disease. Alarming numbers of infected and dead people began to attract the attention of the entire world. This is how in Latin America each country saw the need to prevent the tragedy that the virus had already caused in other countries. For many, this was happening as part of a simple economic, political and military strategy. There were many interpretations that were made about it and that ultimately ended up diminishing the credibility of the enemy that was slowly approaching. In Colombia, the first case of a person infected with covid-19 occurred on March 6 and from then on it was where that life tragedy that was seen and at the same time only heard through the media began to be our own reality. . The presidency, faced with the serious situation, issues a series of decrees which toman medidas preventivas de salud pública al imponer el Aislamiento Preventivo Obligatorio (APO), cancelando la mayoría de las formas de convivencia social, incluyendo la asistencia a clases en todos los centros de formación, salvo ciertas excepciones de acuerdo con decreto 420 del 18 de marzo del año 2020 que declaran estado de Emergencia sanitaria. Afectando la cotidianidad universitaria, pues sin previo aviso se encontraron en un dilema académico – financiero, pues por una parte tienen un compromiso académico formativo con su estudiantado y por otra, una variedad de contratos laborales con sus docentes. En vista de este aislamiento obligatorio las universidades le ofrecen a su estudiantado, otras maneras de formación, a distancia. Es importante conocer el impacto ocasionado por el Covid19 en los hábitos de estudio y la motivación en aprender de forma no presencial en los estudiantes de las universidades de Cali ya que este problema ambiental directamente afecto toda la vida humana, en todos sus aspectos y con ello se logra identificar diversas consecuencias hoy en día que se pueden vincular en la contabilidad ambiental. Habituados a las clases presenciales, la nueva normalidad nos obligó de manera brusca a emplear de manera hegemónica la virtualidad. En un abrir y cerrar de ojos la vida nos cambió completamente y de frente a este cambio la educación no fue la excepción. Ciertamente las clases virtuales existían, se conocían o por lo menos se escuchaban como otra posible manera de estudiar, pero esto no era aquello con lo que nos sintiéramos absolutamente cómodos e identificados, por lo tanto, seguíamos perteneciendo a la generación que se educaba con el modelo de clases presenciales. Aunque había afinidad para interactuar con las aplicaciones virtuales no sospechábamos cual sería el impacto de trasladar esta dimensión a la esfera de la educación. El siglo XXI presencio los avances de una era digital que revoluciono el campo de las comunicaciones no obstante su radio de acción alcanzaba de manera preferencial algunas aplicaciones que se empleaban para reemplazar la comunicación interpersonal. Poco a poco esta generación fue aprendiendo a preferir la interacción virtual por encima de la interacción enteramente personal, no así en el campo de la educación. La comunicación social si bien estaba mediada por la tecnología no se reducía solamente a esta esfera, se pensaba que era simplemente una herramienta de trabajo, quizá una de las más necesarias y eficaces, aunque se le otorgo un puesto muy importante en todos los ámbitos de la vida, esta no lograba reemplazar las bondades y atributos que la relación interpersonal brinda. No podemos desdeñar ni olvidar que en medio de las clases presenciales las tecnologías facilitaron la información al servicio de la pedagogía. El correo electrónico, la información proporcionada en las bibliotecas virtuales, las plataformas universitarias etc., ofrecieron un amplio panorama para fortalecer aquellos campos donde no lograba llegar la educación presencial. La limitación del tiempo, la precariedad de las mismas herramientas didácticas, el espacio, el alto costo de los libros, fueron algunos elementos que se potenciaron para hacer posible una mejor educación. Con todo esto no se puede negar las riquezas y fortalezas que la tecnología ofreció a la educación. En medio de un escenario que ha tenido que hacer uso absoluto de la virtualidad, surge la cuestión acerca del mejoramiento o empobrecimiento pedagógico. ¿eran mejores y más efectivas las clases presenciales? más, aún ¿la virtualidad provoca y despierta el deseo de aprendizaje? ¿Se puede decir que los hábitos de estudio se han visto favorecidos? Se podrían hacer infinidad de análisis al respecto, sin embargo, para obtener una respuesta a estas preguntas sería pertinente otear las bondades y precariedades del modelo convencional y compararlo con el modelo que en la actualidad se ha impuesto para responder a esta nueva realidad, como los hábitos educativos, la motivación de aprender de los estudiantes, y el aumento en la deserción educacional por parte de los educandos, fue afectada en gran medida, con el objetivo de poder tener una base para una futura investigación de la afectación económica y financiera ocasionada por la pandemia Covid-19.spa
dc.format.mimetypeapplication/pdfspa
dc.subjectDeserción estudiantilspa
dc.subjectHábitos de estudio -- Aislamiento socialspa
dc.subjectInterés en la educación formal -- Falta de conectividadspa
dc.titleRepercusión del Covid-19 en los hábitos de estudio, motivación para aprender y la intención de desertar en los estudiantes universitarios en Calspa
dc.subject.subjectenglishStudent desertionspa
dc.subject.subjectenglishStudy habits -- Social isolationspa
dc.subject.subjectenglishInterest in formal education -- Lack of connectivityspa
dc.rights.accessRightsinfo:eu-repo/semantics/openAccessspa
dc.creator.degreeContador/a Públicospa


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